miércoles, 19 de enero de 2011

Ciertos recuerdos

Allá por el año 1991, en clase de mates, asignatura que siempre se me dió fatal, la profesora nos mandó calcular la edad que tendríamos en el año 2000. Aquello me fascinó, año 2000...tan lejano, tan futurista, tan milenarista...Escribí satisfecha "17", deseando que llegara el momento, creyendo que quedaba tantísimo, tan equivocada.
Yo, vista por Chús Sánchez. Barcelona, 2008
El colegio al que iba, el Liceo Francés de Alicante, era más bien un cole maldito. Me viene a la mente, a colación del párrafo anterior, que algunos de los alumnos que allí conocí no llegaron al año 2000. Extraños accidentes. Aquel edificio, que hoy en día pertenece a no sé qué empresa, ya estaba ubicado en un lugar inquietante. A los pies de Serra Grossa, desde el patio y los pasillos, podíamos ver una enorme calavera incrustada entre sus formas. Sí, una enorme calavera blanca, una redondeada parte de su anatomía con dos huecos que hacían la vez de ojos, nos observada sinuosa y amenazante desde su privilegiada situación. Además, el edificio, que tenía 7 pisos, tenía una parte cerrada a cal y canto. Una parte en la que alguna vez durmieron niños cuando el colegio era un internado. Se decían muchas cosas, innumerables leyendas corrían entre pasillos, pero mientras estuve allí ocurrieron accidentes, incidentes y un incendio provocado por cócteles molotov. Cosa fina.
Allí empezó mi calvario. A pesar de todo, era un buen cole.

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